NUEVA PLAZA PORTICADA EN EL ENSANCHE DE ZABALGANA

Ficha técnica

Arquitectos Alejandro Navarro Merino
Gianna Mossenta Martín
Felipe Nogal Bravo
Colaboradores para la estructura Helí Sanchez Berzal
Arquitecto
Colaboradores para las instalaciones Euring Ingenieros
Felipe Cicujano Carrión
Alejandro Cabetas (Clima)
Situación Sector 6 – Zabalgana – Vitoria
Cliente Empresa Municipal Ensanche 21 – Ayuntamiento de Vitoria
Maquetas y fotografías Navarro-Mossenta-Nogal Arquitectos S.L
Fecha de Concurso Junio 2004
Fecha de Proy.Básico edificios y P.Actividad Abril 2005
Fecha de Proyecto Básico plaza Enero 2006
Superficie construida edificios 62.158 m²
Superficie plaza 10.688 m²

RESUMEN
(LEMA CONCURSO DE IDEAS: VITORIA RADIEUSE)

La ciudad de hoy, ya no procura obedecer a un patrón único de trazado, no puede ni quiere explicarse o generarse desde una sola idea reguladora. Conviven en ella modelos urbanísticos residenciales que antes se confrontaban, para evidenciar peyorativamente sus carencias y sobre la forma se imponen además nuevos criterios de flexibilidad, sostenibilidad y demandas de mayor calidad ambiental y buenos servicios urbanos.

Se recuperan prototipos residenciales “modernos”, de bloque abierto, por ser liberadores de suelo construido, dejando espacio a los parques, paseos, deportes…

La concepción de este hábitat “moderno” ha dejado de ser experimental o revolucionario; en la ciudad occidental del siglo XXI es hoy ya un modelo viable por el desarrollo de las tecnologías de la construcción, y solvente en el sentido de encontrarnos en disposición de garantizar un mantenimiento adecuado del sistema de espacios libres que genera.

La aproximación a la utopía de “la ciudad del mañana” de Le Corbusier es hoy posible “…espacios verdes ante cada ventana, sol a raudales, edificios de 50 metros de altura …podemos alojar en extraordinarias condiciones de bienestar y alegría mil habitantes por hectárea…”

El desarrollo en altura mejora el soleamiento, la ventilación y las vistas, tanto de las viviendas, como del conjunto, permeabiliza la manzana, permitiendo alcanzar desde las edificaciones residenciales próximas, el arbolado y las praderas de la nueva plaza.

Las torres se ajustan de forma aparentemente aleatoria a un perímetro porticado del que emergen, formando parte de él con clara e igualitaria lotificación de la dotación residencial en 8 torres, con similar número de viviendas y dimensiones, cada una de 45 viviendas, (3 por planta) singularizadas por sus orientaciones – posición sobre el perímetro de la plaza.

Se sitúan sobre el basamento común, de una sola planta, a modo de puentes o “grapas”, tendidos entre el cuadrilátero de la plaza y la envolvente exterior, además de las propias edificaciones, aire y luz contenidos entre ellas, configuran un alzado poderoso de escala intermedia, que puede dialogar por sí solo con el resto de la ciudad.

El vacío deviene en espacio de poderosas sinergias.

DE MANZANA CERRADA A PLAZA ABIERTA

Nuevos ensanches van “rellenando” los términos municipales de nuestras ciudades. La inercia de los patrones más o menos reticulares en base a la idea de la manzana cerrada parece un modelo de éxito, el número de alturas trata de amortizar la existencia de un gran patio central, y el mantenimiento de las alineaciones garantiza la característica sección en vaso de la calle. Sin embargo la compacidad del perímetro resultante, aboca a una cierta dualidad o separación neta, a veces estricta, entre exterior e interior.

Se pretende una nueva plaza porticada y por lo tanto la operación clave es abrir el corazón de la manzana a su entorno, proyectarse hacia todo un nuevo sector urbano.

La operación será más eficaz, cuanto más fácil y natural sea su imbricación con los itinerarios peatonales previsibles, cuanto más se ocasionen en ella intercambios con los viarios perimetrales, cuanto más visible sea todo ello desde fuera de la propia manzana.

Se trata de una manzana singular, que morfológicamente no puede limitarse a repetir una homotecia perimetral hacia adentro, e ir rellenando la franja con viviendas.

Se asume la idea de manzana, pero con protagonismo y autonomía de la plaza, y su geometría, que predomina sobre un fondo de contorno fluctuante, poniendo en valor la claridad y reconocibilidad de la forma cuadrada identificada como plaza.

La ciudad de hoy, ya no procura obedecer a un patrón único de trazado, no puede ni quiere explicarse o generarse desde una sola idea reguladora. Conviven en ella modelos urbanísticos residenciales que antes se confrontaban, para evidenciar peyorativamente sus carencias y sobre la forma se imponen además nuevos criterios de flexibilidad, sostenibilidad y demandas de mayor calidad ambiental y buenos servicios urbanos.

Se recuperan prototipos residenciales “modernos”, de bloque abierto, por ser liberadores de suelo construido, dejando espacio a los parques, paseos, deportes…

La concepción de este hábitat “moderno” ha dejado de ser experimental o revolucionario; en la ciudad occidental del siglo XXI es hoy ya un modelo viable por el desarrollo de las tecnologías de la construcción, y solvente en el sentido de encontrarnos en disposición de garantizar un mantenimiento adecuado del sistema de espacios libres que genera.

La aproximación a la utopía de “la ciudad del mañana” de Le Corbusier es hoy posible “…espacios verdes ante cada ventana, sol a raudales, edificios de 50 metros de altura ….podemos alojar en extraordinarias condiciones de bienestar y alegría mil habitantes por hectárea….”

El desarrollo en altura mejora el soleamiento, la ventilación y las vistas, tanto de las viviendas, como del conjunto, permeabiliza la manzana, permitiendo alcanzar desde las edificaciones residenciales próximas, el arbolado y las praderas de la nueva plaza.

Las torres se ajustan de forma aparentemente aleatoria a un perímetro porticado del que emergen, formando parte de él.

Se sitúan sobre el basamento común, de una sola planta, a modo de puentes o “grapas”, tendidos entre el cuadrilátero de la plaza y la envolvente exterior, además de las propias edificaciones, aire y luz contenidos entre ellas, configuran un alzado poderoso de escala  intermedia, que puede dialogar por sí solo con el resto de la ciudad.

El vacío deviene en espacio de poderosas sinergias.

Es necesario establecer elementos de transición en los itinerarios de acceso, evitando sincopar el tránsito exterior-interior.

Aparecen pequeños patios que remansa recorridos e intensidades de flujo, by pass del circuito porticado principal, ámbitos iluminados, recoletos y diferenciados que esponjan e introducen la “perspectiva aérea” en el recorrido arquitectónico.

Los patios sirven de manantiales verdes a la plaza, extendiéndose de forma textil sobre aquella.

Plantaciones diversas, aromáticas y mediterráneas se alternan y superponen con praderas transitables, conformando un nuevo paisaje verde.

El arbolado, de hoja caduca, sigue una pauta arquitectónica, su plantación hipóstila aproxima el cielo a la mitad sur de la plaza, y establece multitud de nuevos recorridos posibles.

En la nueva plaza propuesta se potencia la apertura a poniente haciendo más explícita la integración en el sistema de espacios libres del sector, focalizando los diversos itinerarios peatonales del norte y sur hacia los equipamientos, y zonas verdes asociadas a los cauces naturales preexistentes, al oeste.

En el vértice de la plaza hacia la rotonda de la Avenida Reina Sofía, las torres se aproximan y conforman una puerta simbólica de acceso desde la ciudad.

El basamento comercial y terciario se interrumpe para abrir hacia el chaflán una buena plataforma de entrada, reconocible desde la avenida.

El gran acceso desde el sur previsto en el plan parcial se elimina, parece un tanto excesivo que una embocadura se abra tan a bocajarro  hacia una parcelación de unifamiliares y como remate de un incierto eje norte-sur.

El paso centrado en el lado norte, previsto por el planeamiento, se difiere hacia el lateral por la proximidad – competencia con el de la rotonda, compartiendo con este los flujos provenientes de arriba y estimulando el deambulatorio comercial en las crujías porticadas.

Otros accesos más pequeños “irrigan” el corazón de la plaza, en coincidencia con los accesos peatonales de aparcamiento y/o próximos a los vértices, siguiendo la estrategia de vitalización comercial que ya mencionamos, y que se complementa con los pequeños patios de transición hacia el gran espacio central de la plaza.

PROGRAMA INMOBILIARIO

La base de nuestra propuesta es la combinación de dos estrategias fundamentales.

  1. La significación – reconocibilidad del espacio público como plaza, materializada en la impronta del cuadrado, referencia básica de la ordenación del conjunto.
  2. La clara e igualitaria lotificación de la dotación residencial en 8 torres, con similar número de viviendas y dimensiones, cada una de 45 viviendas, (3 por planta) singularizadas por sus orientaciones – posición sobre el perímetro de la plaza.

 

La propuesta ofrece una definición tipológica precisa, reguladora también de la formalización externa, pero cuya materialización y concreción se deja abierta a los diferentes proyectos edificatorios.

La plaza y el frente a calle se cierran con un edificio perimetral de una altura de 5 metros, el basamento, que acoge los usos complementarios de terciario: comercial, oficinas y despachos profesionales con acceso directo, y a veces a través de patios – placitas ajardinadas en las que volcar terrazas de bares y restaurantes, creando pequeños remansos más cerrados.

La huella de las torres en planta baja se comparte entre soportales, comercio y accesos de portal más cuarto de instalaciones.

Cada torre se compone de cuatro crujías estructurales: dos en los testeros en posición transversal, y dos centrales en posición longitudinal.

Tres de ellas se destinan a viviendas, dejando una de las laterales para núcleos de comunicación y montantes de instalaciones.

El número de alturas es de baja + 15, disponiendo de dos ascensores, y de dos escaleras superpuestas para optimizar el espacio de comunicación vertical, permitiendo dos vías de evacuación sectorizadas simultáneas.

Cada crujía estructural se subdivide en dos funcionales, que siguen bandas longitudinales paralelas: cuartos húmedos y zonas vivideras. Estas últimas divididas en las tradicionales zonas de día (salón-cocina comedor) y noche (dormitorios).

Esta independencia funcional permite alternar en altura la disposición de estas zonas de día-noche, dando lugar a una gran variedad de soluciones formales en fachada.

Los elementos prefabricados – armarios, las mamparas – parasol, o las zonas opacas de diferentes colores y materiales constituyen la pauta compositiva de los ocho edificios, ofreciendo multitud de posibilidades, a añadir a la alternancia de zonas día – noche ya mencionada.

En planta baja, los prefabricados se convierten en machones, integrándose en el sistema porticado de la plaza.