RESUMEN
La edificación preexistente era una construcción típica de los años 70. Este tipo definido en su época como “chalet” pensado para uso de temporada, por lo que contaba con un equipamiento muy básico y un programa de vivienda estándar con distribución segregada en plantas independientes, planta baja de vivienda y semisótano de garaje/taller doméstico, instalaciones y espacio bajo rasante sin acondicionar. La falta de esa comunicación interior fue el detonante de la intervención: introducir una escalera que conecta salón y garaje, a convertir en espacio de desahogo de la casa, de juego para los niños, muy ligado al jardín, transformando el portón de chapa en un ventanal hacia la piscina.
A partir de aquí los esfuerzos se dirigieron a redistribuir la funcionalidad interna de la vivienda, muy constreñida por la disciplina constructiva que impone el sistema de muros de carga interviniendo muy puntualmente con la apertura de algunos huecos para crear circulaciones alternativas o eliminando el sistema de ventanas rehundidas con jardineras en fachada sur, para sanear y mejorar la iluminación natural desde el sur y finalmente al norte, abriendo la casa hacia las hermosas vistas del valle, cubierto de densos pinares, ahora muy limitada por ventanas muy estrechas y verticales.
Se dotó a la casa de un sistema integral de aislamiento de la envolvente del edificio, SATE sobre el perímetro de los cerramientos de ladrillo visto preexistentes, recuperación del bajo cubierta como cara ventilada dotada de control regulable de entrada/salida de aire invierno/verano, barrera para el radón, suelo radiante-refrescante, placas fotovoltaicas en cubierta…